Las soft skills de los profesionales de la sanidad
Metrodora FP
En el mundo de los profesionales de la sanidad tienen cada vez mayor relevancia las ‘soft skills’, lo que se conoce como ‘habilidades blandas’. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ellas? Pues a todas aquellas aptitudes sociales que, a lo largo de nuestra vida, vamos adquiriendo y que permiten a las personas y a los equipos integrarse en el mundo profesional.
Las soft skills de los profesionales de la sanidad
Las ‘soft skills’ de los profesionales de la sanidad
En el mundo de los profesionales de la sanidad tienen cada vez mayor relevancia las ‘soft skills’, lo que se conoce como ‘habilidades blandas’. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ellas? Pues a todas aquellas aptitudes sociales que, a lo largo de nuestra vida, vamos adquiriendo y que permiten a las personas y a los equipos integrarse en el mundo profesional.
Las ‘soft skills’ no son exclusivas del sector sanitario, sino que son transversales a cualquier carrera profesional. Es decir, son todas aquellas características que hacen destacar a los profesionales como excelentes, permitiéndoles mejorar en su día a día.
¿Qué son las soft skills?
Las ‘soft skills’ engloban todos los valores que una persona necesita para desempeñar su trabajo y que se adquieren con la experiencia, gracias a años de formación y de carrera profesional.
Las habilidades blandas te preparan para comunicar correctamente, realizar una adecuada atención al paciente, coordinar a las personas, solucionar conflictos, motivar y realizar una escucha activa potenciadora, que permita al profesional sanitario ser mejor en su trabajo cada día.
Clasificación de las habilidades blandas
Las soft skills son rasgos únicos que posee cada individuo y que le permiten desenvolverse en diferentes entornos, sobre todo en el profesional. Conocer las más demandas en el sector sanitario te ayudarán a desarrollar y destacar estas competencias para destacar.
Así, podríamos hacer la siguiente clasificación:
Habilidades personales
Aquí entrarían, entre otras, la comunicación, la adaptabilidad, la resolución de conflictos, el liderazgo, el trabajo en equipo o la autogestión.
Son las transferibles y aplicables a cualquier sector. Las esenciales para el crecimiento y el avance profesional.
Habilidades sociales o interpersonales
Son las capacidades que una persona tiene para relacionarse con los demás, creando conexiones sólidas y duraderas en un entorno específico.
La empatía, la flexibilidad, la escucha activa, la inteligencia emocional, la responsabilidad o el compromiso, entrarían dentro de las destrezas básicas sociales.
Habilidades de gestión
Son los rasgos necesarios para desempeñar determinadas funciones, normalmente relacionadas con la supervisión de un equipo, como la resolución de problemas, la buena comunicación y la motivación de los empleados.
La gestión del estrés, la toma de decisiones, el pensamiento crítico, la autoconfianza, la ética profesional o el coaching, son fundamentales para facilitar la colaboración en el equipo, lo que se traduce en buenos resultados y en crear una estabilidad organizativa.
Sin duda alguna, las ‘soft skills’ son fundamentales en el entorno profesional de la salud, un sector en el que estas habilidades blandas contribuyen especialmente a facilitar la comunicación, fomentar el trabajo en equipo, promover la adaptación y la resolución de dificultados, y crear una cultura corporativa positiva.
20 ‘soft skills’ importantes en entornos hospitalarios
En el apasionante mundo de la salud, no todo es tener conocimientos técnicos, también se trata de reunir un conjunto de destrezas sociales específicas que permitan:
- Comprender las necesidades de los pacientes.
- Brindar un cuidado integral y de calidad a los pacientes.
En definitiva, es crucial que los profesionales sanitarios adquieran las capacidades necesarias para promocionar la atención adecuada las personas que lo necesitan.
A continuación, te dejamos 20 ejemplos de ‘soft skills’ que debe tener en cuenta cualquier profesional que se dedique al ámbito de la salud.
- Comunicación efectiva
- Escucha activa
- Empatía
- Inteligencia emocional
- Trabajo en equipo
- Adaptabilidad
- Gestión del estrés
- Liderazgo
- Motivación
- Resolución de conflictos
- Pensamiento crítico
- Toma de decisiones
- Habilidades interpersonales
- Autoconfianza
- Ética profesional
- Responsabilidad
- Compromiso
- Autogestión
- Flexibilidad
- Coaching
Es la primera habilidad a tener en cuenta en el sector de la salud ya que es fundamental para su correcto funcionamiento. Interactuar correctamente con los pacientes, familias y otros profesionales implica no solo la transmisión de datos médicos, sino también la comprensión de las necesidades emocionales y psicológicas de los demás, sobre todo de los pacientes.
De entre las competencias blandas, es una herramienta fundamental para establecer relaciones sólidas y efectivas con los pacientes, permitiendo una atención integral y de calidad. La escucha activa va más allá de la información verbal, ya que la no verbal es también necesaria para entender el mensaje que se transmite.
Es una destreza social que en el profesional de la salud engloba el comprender los sentimientos, preocupaciones y perspectivas de los pacientes, respondiendo de manera adecuada y humanizada a sus necesidades.
Esta se traduce como una de las aptitudes personales que más arraigadas tienen que estar en un profesional de la salud, con la que reconoce, entiende y maneja las emociones de los demás. Es decir, ha de saber tomar conciencia de las emociones involucradas dentro de una situación y cómo afectan a cada uno de los implicados.
Si en otros trabajos esta ‘soft skill’ es importante, en el de la salud es primordial ya que la comunicación y la coordinación de los cuidados entre los distintos profesionales sanitarios, impacta de forma muy positiva en los pacientes. Es un pilar fundamental y de gran importancia para una atención segura y de alta calidad.
Hay que tener en cuenta que la salud es un campo dinámico y complejo que requiere de un aprendizaje e innovación constantes. Además, se presentarán situaciones impredecibles y estresantes como emergencias, escasez o conflictos, que requerirán que, como profesional del sector, adaptes tus comportamientos y emociones.
Los factores estresantes constituyen, muchas veces, una amenaza no solo a nivel psicofisiológico, sino además emocional. Por eso es importante contar entre las habilidades blandas las herramientas necesarias que gestionar, neutralizar y disminuir el estrés para que así la actividad del profesional del sector de la salud pueda desarrollarse adecuadamente.
Entre los ejemplos de ‘soft skills’ en los servicios de salud, este implica, sobre todo, el bien común, la mejora continua y, sobre todo, la innovación, con el objetivo de que el centro sanitario al que se pertenece sea un referente en calidad asistencial.
En cualquier campo laboral es importante, pero en el de la salud es un elemento esencial para la superación personal, lo cual se traduce en gran parte en la eficiencia y en la eficacia a la hora de desempeñar las tareas.
Si sumas esta aptitud entre las habilidades personales de tu currículum, tendrás mucho ganado. Sobre todo, porque indicará que estás dotado de paciencia, escucha activa y compromiso para encontrar una solución satisfactoria. Así se promueve un entorno de trabajo seguro que brinde al paciente una atención de alta calidad.
El buen juicio clínico o solución efectiva del problema te llevará a tener un enorme éxito en el campo del cuidado de la salud. Para ello se necesita tener una visión más amplia que demostrará un deseo sincero de mejorar y de hacer en la práctica que tu trabajo sea eficiente y eficaz.
Este es un proceso que consiste en realizar una elección basada en la conjugación de la información, conocimientos, experiencia, análisis y juicio. Así habrá una planificación anticipada en la atención sanitaria que se trasladará en la respuesta que el paciente necesita de forma inmediata o en un futuro próximo.
Estas engloban varias habilidades sociales que el profesional sanitario debe dominar para asegurar una comunicación eficaz y efectiva. Entre ellas estarían: la escucha activa, la empatía, la credibilidad, el tono adecuado, mostrar disponibilidad, y elegir correctamente el momento y lugar para la comunicación
Ser fuertes, capaces de aceptar las críticas, el rechazo y los reveses, respetar las preferencias y las necesidades de los demás, a la vez que sabes que tus opiniones cuentan, que tus ideas y sentimientos son importantes, y que tienes derecho a expresarte, es una de las habilidades personales que te ayudarán a avanzar hacia el descubrimiento y desarrollo de tus propias capacidades
Es el conjunto de actitudes y valores que ayudan a los profesionales a desarrollar su actividad con integridad, no solo en las prácticas laborales en sí, sino también en las relaciones con los compañeros y, sobre todo, con los pacientes. La ética profesional guía la toma de decisiones, priorizando y justificando las acciones, en este caso, de un sector tan importante como es el de la salud.
Es la obligación de los profesionales de la salud y de las instituciones médicas de brindar una atención de calidad, segura y ética a los pacientes, cumpliendo con los estándares establecidos en este campo, observando de cerca el Código Ético en vigencia y las consecuencias que las acciones pueden ocasionar al conjunto de la sociedad.
De entre las capacidades blandas relacionadas con el mundo de la salud, el compromiso es una actitud que permite, sin lugar a duda, mejorar la satisfacción de los pacientes. Y no solo eso, ya que, sobre todo en este ámbito, se traduce en un cambio en los estándares de la salud de la población, ya que es una ‘soft skill’ que va directamente relacionada con la profesión sanitaria en sí.
Es el enfoque que promueve la responsabilidad y el empoderamiento individual en el cuidado de la salud. Se refiere sobre todo a la capacidad de cualquier persona de tomar decisiones informadas y llevar a cabo acciones que promuevan su bienestar físico, mental y emocional.
Es una cualidad muy importante que debe poseer cualquier profesional, pero especialmente el sanitario. Adaptarse a las situaciones cambiantes de los pacientes y del entorno, es primordial, ya que, por ejemplo, hay que tener en cuenta los turnos en los puestos de trabajo, la disponibilidad para cubrirlos, así como conocer y aprender nuevas habilidades y técnicas que le permitan desarrollarse en su ámbito.
Entendido como una intervención que los profesionales realizan para potenciar el desarrollo y bienestar de individuos y equipos que quieren mejorar, en el sector sanitario se traduce en una conexión positiva y una relación de apoyo entre compañeros y, especialmente, entre el profesional y los pacientes.